A pocos días de lo que va a ser sin dudas uno de los Encuentros más masivos de la historia, miles de mujeres, lesbianas, trans, travestis y no binaries seremos protagonistas y estaremos en las calles de la Ciudad de La Plata por nuestros derechos, ampliando reclamos ante la avanzada del sistema heteropatriarcal y capitalista, rechazando y repudiando el acoso, las violaciones, los lesbicidios, femicidios, transfemicidios y toda forma de opresión, explotación y violencias.
El Encuentro como hecho político, tiene una potencialidad extraordinaria para el movimiento de mujeres y feminismos, único en sus características, federal, horizontal, democrático, plurinacional, heterogéneo, que se desarrolla de manera ininterrumpida desde el año 1986, y que ha sido vital para la conquista de derechos de las mujeres e identidades diversas y disidentes.
Durante tres días, estaremos visibilizando y problematizando las violencias, desigualdades, odios por género y etnia, dogmas religiosos y políticos, como también compartiendo las experiencias de lucha y deseo, en un contexto de resistencia donde hemos asistido a una agudización de los mecanismos de opresión patriarcal, ante la brutal ofensiva neoliberal.
Pero además, y al parecer, será en la capital de la Provincia de Buenos de Buenos Aires, de la que finalmente se definirá el cambio de nombre, a oficializar el próximo año. El Encuentro debe ser un espacio amplio, que exprese la diversidad de los debates y contenga todo aquel colectivo oprimido históricamente y que desea ser incluído.
Y ese sentido, alentamos al diálogo y a fortalecer el debate, acerca del cambio de nombre del Encuentro, y que así éste se denomine de aquella manera que dé lugar a cada uno de los sectores oprimidos por este sistema capitalista y patriarcal. Lo que no se nombra, se invisibiliza, niega las diferencias, desigualdades, complejidades y contradicciones que habitan en nuestras relaciones.