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10 de diciembre – Día del Trabajo Social

10 de diciembre – Día del Trabajo Social

Desde el año 2012 en Argentina el día del Trabajo Social coincide con el Día Internacional de los Derechos Humanos, como así también con el aniversario del retorno a la democracia en nuestro país, cumpliéndose este año el 39° aniversario de la asunción de Raúl Ricardo Alfonsín en la presidencia nacional. Ubicar a nuestra profesión en dichos procesos históricos no constituye una cuestión menor, sino que materializa una interpelación permanente por la apuesta de un proyecto profesional comprometido con la defensa de valores inherentes a la libertad, la igualdad, la democracia y la justicia.

Pensar el Trabajo Social en la actual coyuntura, caracterizada por la agudización de la desigualdad, la pobreza y la indigencia nos obliga a asumir institucionalmente un posicionamiento crítico, donde los proyectos de sociedad en disputa en América Latina ponen en tensión, por un lado, derechos sociales históricamente conquistados, mientras que, por otro, consensúan lógicas extractivistas sobre nuestros recursos naturales y sobre nuestra salud. Asistimos a procesos de criminalización de quienes luchan por la defensa de sus derechos, a la persecución de comunidades originarias que demandan la concreción de derechos ancestrales y a la estigmatización mediática de toda acción de defensa de los derechos humanos. 

Complejo escenario caracterizado, además, por disputas político-partidarias, conflictos que asumen posiciones extremas en los medios de comunicación, como así también en la flexibilización de las atribuciones constitucionales de los poderes que componen el Estado, cuya principal forma de expresión está vinculada a la judicialización de las diferencias políticas, instalando un clima de inseguridad jurídica sin precedentes. 

El Estado, principal espacio de inserción laboral de lxs trabajadorxs sociales, se encuentra atravesado por múltiples contradicciones, las cuales se materializan en el cotidiano profesional en los distintos espacios ocupacionales, donde la retórica institucional no tiene su correlato con la presencia de políticas públicas de calidad; donde los avances legislativos no tienen su necesario andamiaje institucional como soporte material; donde las lógicas clasistas, patriarcales y racistas se articulan reforzando las desigualdades sociales existentes. 

Como hemos marcado en otro momento, nuestra intervención se encuentra interpelada, en términos ético-políticos, por la presencia de acciones disciplinadoras y de control social, que se  fundamentan en discursos de odio, negacionistas y misóginos, como así también por condiciones de trabajo donde la flexibilización, la precariedad y la inestabilidad laboral se articulan con demandas burocráticas, residuales y repetitivas que tensionan nuestro ejercicio profesional.

Frente a este escenario, reafirmamos el compromiso institucional por la defensa de nuestra autonomía y nuestras incumbencias profesionales, y en consonancia con ello, de nuestras condiciones laborales, sosteniendo una interlocución crítica y permanente con los distintos espacios estatales en donde nos desempeñamos profesionalmente. 

Nos sabemos interpeladxs por estas tensiones, pero también nos sabemos hacedores cotidianos de una profesión fundamental en la efectivización de derechos sociales históricamente conquistados y copartícipes del proceso de reconocimiento de injusticias económicas, políticas, culturales e ideológicas como derechos que deben ser asumidos por el Estado, en sus distintos poderes y en sus distintos niveles. 

Por asumirnos como profesión históricamente comprometida con aquellos sectores de la población interpelados por las más crudas expresiones de la “cuestión social”, nuestro horizonte cotidiano se configura como una invitación a seguir caminando colectivamente. Por ello, para concluir traemos las palabras del poeta centroamericano Fayad Jamís:

Por esta libertad de canción bajo la lluvia, habrá que darlo todo.

Por esta libertad de estar estrechamente atados a la firme y dulce entraña

del pueblo, habrá que darlo todo.

Por esta libertad de girasol abierto en el alba de fábricas, encendidas y

escuelas iluminadas y de esta tierra que cruje y niño que despierta, habrá que

darlo todo.

No hay alternativa sino la libertad, No hay más camino que la libertad, No

hay otra patria que la libertad.

Mesa Ejecutiva

Colegio de Trabajadorxs Sociales de la Pcia. de Bs. As.

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